Paraguay aprobó el Pacto del Futuro en la ONU, abriendo un debate sobre las implicancias del apoyo a una agenda global que algunos sectores critican.
En una decisión que, para sorpresa de pocos, ya generó reacciones divididas, Paraguay se unió al Pacto del Futuro durante la Cumbre del Futuro en la sede de la ONU, en Nueva York. Durante dos días, los representantes de distintos países discutieron sobre temas de gran relevancia global, como la paz y la seguridad, el desarrollo sostenible, el cambio climático, la cooperación digital y, por supuesto, los derechos humanos. Lo que parecía una reunión más en el calendario internacional, terminó siendo combustible para las redes sociales paraguayas.
El canciller Rubén Ramírez Lezcano fue el encargado de representar a Paraguay en la cumbre, acompañado por el viceministro Víctor Verdún y otros miembros de la misión paraguaya ante las Naciones Unidas. El Pacto del Futuro, adoptado por consenso entre los países miembros, busca abordar una amplia gama de desafíos globales, entre ellos, la sostenibilidad y la equidad digital.
La noticia de la adhesión paraguaya no tardó en llegar a las redes sociales, donde varios usuarios, especialmente usuarios “antiagenda2030”, se apresuraron a señalar lo que consideran una “traición” del presidente Santiago Peña. Según el usuario @Gustavo_Gaona, “Peña se sustentará en un tecnicismo, pues dirá que prometió no apoyar la Agenda 2030, pero no prometió nada sobre la Agenda 2045”.
El debate se ha centrado en las contradicciones percibidas entre la campaña del mandatario y su aparente giro hacia el respaldo de acuerdos globales. Las críticas más duras provienen de sectores que ven en la Agenda 2030 una amenaza a la soberanía nacional y un compromiso excesivo con políticas globales.
Lo cierto es que, más allá de los tecnicismos y las críticas, el respaldo al Pacto del Futuro podría definir el papel de Paraguay en los foros internacionales en los próximos años, aunque en casa el debate apenas empieza.
Fuente: La Nación