En el video se ve que llevó tres tangas, no tocó las otras ropas de la piola. Una señora se animó a denunciar y aparecieron varias afectadas más.
Ña Josefina B. (peruana) notó que en el tendedero faltaban algunas ropas, lo que despertó su curiosidad y, al mirar con detalle, se dio cuenta de que las ropas interiores de ella y de su hija no estaban.
Pensó que el viento echó, pero no estaban por el patio. En eso, un vecino le dijo que vio salir a un extraño de su patio, por lo que inmediatamente su hija miró la cámara de seguridad y se llevaron una gran sorpresa.
Un hombre, con quepis rojo, entró en su patio. Primero aplaudió para corroborar si estaba alguien en la casa. Como nadie salió, entró.
En el video se le ve que hizo espacio en el muro provisorio que tiene la señora para pasar al fondo de la casa y comenzó a guardar tres bombachas en su mochila.
Ocurrió el domingo a la mañana, en el barrio Kokue Guasú de Areguá, mientras la dueña estaba en la misa.
La afectada realizó la denuncia formal en la subcomisaría 9, ya que no sabe con qué intenciones robó las prendas íntimas.
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“La señora reconoció al sujeto y dijo que es el albañil y peón de su compadre, quien le estaba haciendo para su muralla”, contó el subjefe Carlos Paiva. El hombre fue identificado como Abel David Ocampo, de Luque, y según el registro, no cuenta con antecedentes.
Sin embargo, tras la denuncia de la afectada, muchas vecinas también dijeron que desde hace un tiempo desaparecieron sus ropas interiores, por lo que no descartan que el sujeto sea el “ladrón de bombachas” del barrio.
No llevaba anatómicos u otras prendas, solo las tangas y bombachas. Las afectadas no querían denunciar por vergüenza hasta que Josefina no dudó ni un michimi en ir a la comisaría y contar. La poli busca al albañil.
No tomar a la ligera
La psicóloga Mariana Figueredo dijo que en principio puede ser un fetichismo robar las prendas interiores, pero al momento de entrar en una propiedad privada y robar, no se puede tomar a la ligera.
Esto, porque muchas veces este tipo de fetichismo puede ir acompañado de algo peor, como la pedofilia u otros trastornos peligrosos.
Extra.